viernes, 1 de febrero de 2008

Rossoneri,el amor puro...



El Club...

La Associazione Calcio Milan, conocido también como AC Milan, es un club de fútbol italiano de la ciudad de Milán, en la región de la Lombardía. Fue fundado el 16 de diciembre de 1899 por el inglés Sir Alfred Edwards y actualmente juega en la Serie A de Italia.
Es uno de los clubes de mayor prestigio en el mundo, siendo, además, el conjunto europeo y del mundo con mayor número de trofeos internacionales oficiales (dieciocho en total), habiendo ganado siete veces la Liga de Campeones de la UEFA (en once finales disputadas), además de haberse adjudicado en cinco ocasiones la Supercopa de Europa, en dos la Recopa de Europa, en tres la Copa Intercontinental y en una la Copa Mundial de Clubes.


Andrea Rizzoli y la consolidacion del club...

Para la campaña de 1954/55, Andrea Rizzoli asumió como nuevo presidente del club en lugar de Umberto Trabattoni, trayendo consigo un ciclo de éxitos que culminaron en la obtención de la Copa de Campeones de 1963. Tras la desvinculación en la temporada pasada de Gren, el club unió a sus filas a Cesare Maldini (procedente del Triestina), Amos Mariani y (luego de haber disputado la Copa del Mundo de Suiza '54) al delantero uruguayo Juan Alberto Schiaffino (procedente de Peñarol), un mítico integrante de su selección campeona del mundo en la Copa del Mundo de 1950, en el histórico Maracanazo. Schiaffino, se transmormó en una pieza clave del equipo y uno de sus emblemas a futuro. De la mano del entrenador uruguayo Ettore Puricelli (jugador del Milan entre 1954 y 1949), el cuadro lombardo conquistó su quinto título de liga, con cuatro puntos de ventaja sobre el Udinese, su más cercano escolta. Al final de aquella campaña se retiró Arturo Silvestri, luego de 158 partidos disputados y siete goles con la maglia rossonera.
En la temporada siguiente (1955/56) y en el ámbito local, el equipo finalizó en la segunda ubicación tras la Fiorentina. Durante esta campaña, participó en la primera edición de la, por entonces, Copa de Campeones (siendo, en consecuencia, el primer club italiano en disputar dicha competición). Luego de sortear al Saarbrucken y al Rapid Viena (por marcadores globales de 7:5 y 8:3 respectivamente), disputó las semifinales ante el Real Madrid español, contra quien cayó eliminado por un global de 4:5 (2:4 en Madrid y 2:1 en Milán). Aquel equipo no se quedó con las manos vacías y tras una nueva participación en la Copa Latina y luego de vencer por 4:2 al Benfica, logró imponerse en la final al Athletic Bilbao por 3:1. Aquella fue al penúltima edición de la Copa Latina, justamente, al entrar en vigencia la Copa de Campeones.
Luego de reforzar al equipo con el delantero Carlo Galli (autor de más de cien goles con el Milan) en la temporada de 1956/57, el equipo logró conquistar el sexto scudetto de la sociedad, tras superar por seis y siete unidades a la Fiorentina y Lazio, respectivamente. Durante aquella campaña, se destacaron los delanteros italianos Gastone Bean y el propio Galli, los cuales suplían el hueco dejado por Nordhal (quien se había integrado a la Roma).
A pesar de tener un desempeño irregular en la liga para la temporada de 1957/58 (donde había logrado ubicarse entre los tres primeros desde la temporada de 1946/47), logró llegar a su primera final en la Copa de Campeones (al mando de Gipo Viani), donde cayó ante el Real Madrid por un resultado final de 2:3. En un disputado duelo, el equipo llegó a estar dos veces arriba en el marcador, gracias a los goles de Schiaffino y del argentino Ernesto Grillo. Pero a pesar del esfuerzo y de llevar el partido a tiempo extra, un gol en el minuto '107 cerró aquella final. Al terminar la campaña, Amos Mariano fue contratado por el Napoli.
En el albor de una nueva temporada (1958/59), llegó al equipo el aporte ofensivo de José Altafini (delantero brasileño, campeón del Mundo con su selección en la Copa Mundial de Suecia '58) y la seguridad del líbero Sandro Salvadore. Sumados al equipo finalista de la anterior edición de la Copa de Campeones, el Milan cerró los años '50 ganando su séptimo campeonato (tras de un apasionante cara a cara con la Fiorentina) y el cuarto de aquella década.
En la temporada de 1959/60, fue contratado el meta Giorgio Ghezzi en lugar del Lorenzo Buffon, quien había pasado a las filas del Genoa. En otra participación internacional, el equipo quedó eliminado en la primera ronda de la Copa de Campeones ante el Barcelona. En la lucha por el scudetto, acabó en la tercera ubicación. Al final de la temporada, Bean fue transferido al Genoa, mientras que Schiaffino (luego de disputar 171 partidos oficiales y contribuir con 60 tantos) fue conratado por la Roma.
Para la siguiente campaña (1960/61), el Milan fichó a Paolo Barison, Mario David y a la promesa del fútbol italiano, Gianni Rivera (Il Bambino d´Oro), quien se convirtió en uno de los estandartes históricos del club, en una operación en la que el club pagó 60 millones de liras al Alessandria. El equipo disputó palmo a palmo el título con la Juventus, a quien venció en ambos cotejos (3:1 de local y 4:3 de visita), pero finalmente quedó en la segunda ubicación. Al final de aquella temporada, se despidió del club Carlo Gialli, mientras que Nils Liedholm finalizó su carrera como jugador, tras doce temporadas y 89 goles en el Milan.


Años dificiles...

Después de terminar terceros en la temporada de 1979/80 y de quedar eliminados en primera ronda de la Copa de Campeones (frente al Porto, tras empatar sin goles en la ida y caer por 0:1 en Milán), el presidente del club rossonero, Felice Colombo, entre otros dirigentes del club, estuvo involucrado en el denominado Totonero. Después de su respectivo juicio (en el que Colombo y el portero del club, Enrico Albertosi, fueron sancionados de por vida) el Milan (entre otros clubes como la Lazio, el Avellino y el Bologna) descendió a la Serie B del fútbol italiano.
Para la temporada subsiguiente (1980/81), la escuadra lograba el ascenso a la Serie A tras terminar en la primera posición del campeonato, con Roberto Antonelli como capocannoniere del torneo y bajo la presidencia de Gaetano Morazzoni. En la Copa de Italia, el equipo no pasó la primera fase, donde pudo enfrentar al Inter de Milán, ante el cual perdió por la mínima.
En la temporada de 1981/82, con Giuseppe Farina como presidente del club y tras una desafortunada campaña, el club regresó nuevamente a la Serie B.
Bajo la guía de entrenador Ilario Castagner (en la temporada de 1982/83), el Milan logró ser promovido a la Serie A (tras terminar en la primera ubicación), gracias, en gran medida, a las grandes actuaciones de Mauro Tassotti (siendo capitán) y Alberigo Evani, dos futuras estrellas de la sociedad.
En una temporada de transición (1983/84), al Milan llegaron Filippo Galli (quien jugó hasta 1997, disputando 217 partidos con la maglia rossonera) y Luciano Spinosi, entre otros refuerzos, con los cuales, el equipo se ubicó en la octava posición.
Farina se empeñó en construir una escuadra competitiva, contratando a Nils Liedholm (luego de sus sobresalientes resultados al mando de la Roma ) como entrenador y fichando a jugadores como Pietro Paolo Virdis (quien fue una pieza clave en el resurgimiento del club), Mark Hateley (Attila), Ray Wilkins (Butch) y Agostino Di Bartolomei. Así se daba inicio a la temporada de 1984/85, donde el equipo logró un meritorio quinto puesto que le daba acceso a disputar la Copa de la UEFA. En la Copa de Italia y luego de eliminar a la Juventus y al Inter (en cuartos de final y semifinal, respectivamente), disputó la final ante la Sampdoria, ante la cual cayó por un global de 1:3. El 20 de enero de aquella temporada, debutó ante el Udinese, Paolo Maldini(uno de los máximos emblemas en la historia del Milan).
Para la siguiente campaña (1985/86), el Milan contrató a Paolo Rossi (Balón de Oro en 1982) quien formó un tridente junto a Virdis y Hateley. A pesar de ello, el quipo no lograba destacarse en el campeonato local. La sorpresiva eliminación en la tercera ronda de la Copa de la UEFA, ante el Waregem belga, desencadenó en la dimisión de Farina como presidente del club.


La reconquista de Europa...

Tras la salida de Farina, el Milan fue adquirido el 20 de febrero de 1986, por Silvio Berlusconi, convirtiéndose, ya para el 24 de marzo de aquel año, en el vigésimo primer presidente de la sociedad. Además de dotarlo de recursos económicos, Berlusconi implantó una nueva mentalidad en el equipo, con el fin de formar una equipo competitivo. El equipo finalizó la temporada de 1985/86 en la séptima posición.
En la temporada de 1986/87, la squadra rossonera iniciaba el recambio, con la llegada de jugadores como Roberto Donadoni, Daniele Massaro, Giuseppe Galderisi, Dario Bonetti y el portero Giovanni Galli; todos ellos bajo la tutela del histórico Niels Liedholm. Tras un difícil inicio, el sueco fue reemplazado por Fabio Capello (campeón como jugador en el Milan de la Copa Italia en el '77 y del décimo scudetto en el '79 ). El joven entrenador logró levantar al equipo hasta la quinta casilla (teniendo a Pietro Paolo Virdis como capocannoniere con 17 tantos), por lo que igualaba en puntos con la Sampdoria. El cupo a la Copa UEFA tuvo que decidirse en un único partido disputado en Torino, que el equipo rossonero se adjudicó por la mínima diferencia en el tiempo suplementario. Al final de la temporada, el equipo logró adjudicarse la tercera edición del Mundialito de Clubes.


Sacchi y los Inmortales...

Para la temporada de 1987/88, el Milan estrenó al prometedor Arrigo Sacchi (ex Parma) como nuevo entrenador del equipo, quien profesaba un fútbol total basado en un pressing continuo, la conquista de los espacios dentro del campo, una defensa en zona, un notable manejo de la táctica del fuera de juego y un gran número de jugadores polivalentes que suplían a los delanteros. El método de Sacchi era ante todo impresionante por la sensación de bloque colectivo que desprendía. Todos los jugadores se desplazaban en cojunto y al mismo tiempo en la dirección del balón, bajaban y subían, no solamente todos juntos, sino permaneciendo a la misma distancia unos de otros, sin perder más de un metro. Era una máquina de una eficacia temible, que emularían luego muchos otros equipos. Sacchi también contó con un grupo de primer orden al disponer, en una sólida defensa, de la guía del capitán Franco Baresi, sumado a Paolo Maldini, Alessandro Costacurta y Mauro Tassotti. El resto de los estratos del campo, incluían la solvencia del meta Giovanni Galli, un férreo mediocampo compuesto por Roberto Donadoni, Angelo Colombo y Carlo Ancelotti; a lo que se sumaba el ataque de talentos como Marco van Basten y Ruud Gullit, quienes desplegaban su juego en la compañía del instinto goleador de Pietro Paolo Virdis. Con Van Basten lesionado y perdiéndose prácticamente toda la temporada, el Milan concentraba sus fuerzas en el torneo local (luego de quedar eliminado en la segunda ronda de la Copa de la UEFA frente al Espanyol por un global de 0:2), disputándolo ante el Napoli de Maradona. La victoria en el San Siro ante el campeón italiano por 4:1, marcaría el inicio de una apasionante remontada en la tabla de posiciones de la squadra rossonera. A sólo tres jornadas del término del campeonato y con el Napoli aventajando al Milan por una unidad, el cuadro de Sacchi visitaba el Stadio San Paolo donde el equipo logró imponerse por 2:3, situándose como exclusivo líder. Luego del empate 1:1 contra el Como en la última jornada, el Milan conquistó su undécimo scudetto. Fue en esa liga donde nació el grupo y la denominación de Gli Immortali di Sacchi (los inmortales de Sacchi) , además de dar inicio a uno de los períodos más gloriosos en la historia del club.

Marco van Basten, jugador del Milan entre 1987 y 1995, donde fue una de las piezas en la consecución del Scudetto, la Copa de Europa y la Copa Intercontinental, además de ser escogido como el mejor jugador de Europa y del Mundo.
En la sucesiva temporada (1988/89), se configuró el legendario trío neerlandés (a casi cuarenta años del célebre GreNoLi) con el arrivo de Frank Rijkaard, en reemplazo del argentino Claudio Borghi. El Milan daba inicio a la campaña disputando la recién instaurada Supercopa de Italia (la cual enfrenta a los ganadores del Scudetto y la Copa de Italia) ante la Sampdoria en el Giuseppe Meazza. Luego de ir abajo en el marcador, logró imponerse por 3:1 gracias a los tantos de Graziano Mannari, Rijkaard y Van Basten. El equipo volvió a disputar la Copa de Campeones, donde en la segunda ronda se enfrentó al Estrella Roja de Belgrado. Luego de igualar 1:1 en Milán, la squadra de Sacchi se vio en desventaja de 0:1, además de tener que disputar el resto del partido con un hombre menos (tras la expulsión de Virdis). A estas alturas, el partido tuvo que suspenderse momentáneamente a causa de una densa neblina, pero tras la reanudación, el cuadro rossonero logró igualar el marcador y forzar los penales, donde finalmente se impuso por 4:2. En cuartos de final se enfrentó al Werder Bremen alemán, al cual eliminó en una muy cerrada eliminatoria, luego de igualar sin goles en Alemania y sentenciar todo tras un 1:0 en San Siro. La semifinal la disputó ante el Real Madrid, donde igualíó en España (en un partido que lo tuvo como claro dominador y donde le anularon un legítimo gol) por 1:1 gracias a la contundecia goleadora de Van Basten. La definición se cerró gracias al memorable 5:0 en Milán. Esa victoria situó al Milan en la final que se disputó en el Camp Nou y frente al temible equipo rumano del Steaua Bucarest (campeones de Europa en 1986). La victoria contundente (magistral a nivel tanto táctico como técnico) de 4:0 dejó en evidencia el vistoso juego del equipo y las grandes individualidades que poseía, al ser Gullit y Van Basten (con una doppietta de cada uno) quienes concretasen los goles que le otorgaban al Milan, su tercera Copa de Campeones y su sexto título a nivel internacional. En el campeonato local, el equipo acabó en la tercera ubicación.

Al igual que la temporada anterior, el club siguió encantando a Europa y al mundo con grandes actuaciones. La temporada de 1989/90, lo vio coronarse con la obtención de la primera Supercopa de Europa tras batir, con un único gol de Alberigo Evani en la ida (luego de igualar 1:1 en España), al Barcelona. A ello se le sumó la conquista de la segunda Copa Intercontinental, tras vencer al Atlético Nacional de Colombia, en Tokio (Japón). En un disputado partido con ambos conjuntos jugando con una gran cautela y finalizando empate sin goles en el tiempo regular, el encuentro se definió en el minuto 118', tras un gol de tiro libre de Evani. El resto de la campaña tuvo a un Milan a un paso de conseguir el considerado trebol (La obtención del Campeonato, la Copa Nacional y la Copa de Campeones). El título de liga (con Van Basten como máximo goleador del torneo con 19 tantos) lo disputó palmo a palmo con el Napoli, cediendo la punta (compartida) a una jornada del termino. En la Copa Italia, el Milan eliminó en semifinales al Napoli, tras empatar sin goles en Milán y vencer gracias a los tantos de Massaro y Van Basten, por 3:1 en la ida. De esta manera accedió a nueva final, la cual perdió por un global de 0:1 ante la Juventus. En el frente internacional, la squadra revalidó el título de campeón de Europa, luego de un complejo tramo. Para la segunda ronda, el equipo volvió a enfrentar al Real Madrid, al cual eliminó luego de imponerse por 2:0 en Italia y resistir un 0:1 en la ida. La llave de semifinales la disputó ante el Bayern Munich, al que derrotó por 1:0 en el San Siro y gracias a un gol vital de visitante, el equipo pudo sortear el 1:2 en contra en Alemania. De esta manera, el Milan accedió a su quinta final de la Copa de Campeones, la cual tuvo lugar en Viena, el 23 de mayo de 1990 y frente al Benfica. Gracias a una líneas organizadas y un solitario gol de Frank Rijkard al minuto 23' del tiempo complementario, el Milan añadió a sus vitrinas su cuarta orejona.
En la temporada de 1990/91 y tras la ida de Giovanni Galli al Napoli, el equipo se estrenó con la obtención de la segunda Supercopa de Europa, al derrotar a la Sampdoria por 2:0 en el San Siro (con goles de Gullit y Van Basten), luego de haber logrado igualar 1:1 en la ida (gracias a un gol de Evani). Los dirigidos por Sacchi, tambíen revalidaron la Copa Intercontinental, luego de vencer claramente al Olimpia de Paraguay por 3:0, gracias a dos goles de Rijkaard (minutos 43' y 65') y uno de Giovanni Stroppa (minuto 61'). En la Liga de Campeones, la squadra rossonera disputó los cuartos de final ante el Olympique de Marsella. En el partido de vuelta y tras igualar 1:1 en Italia, el equipo se econtraba en desventaja de 0:1, cuando a pocos minutos del final, uno de los reflectores del estadio se apago. El Milan no volvió al campo en forma de protesta, una vez solucionado el problema técnico, por lo que se le imposibilitó la participación en Europa al año siguiente. En el campeonato local, el equipo acabó en la segunda ubicación tras la Sampdoria. Al final de la campaña, Arrigo Sacchi dimitió como entrenador para hacerse cargo de La Nazionale con lo que el Milan iniciaba una nueva etapa al mando, una vez más, de Fabio Capello.


Anccelotti...

Para el inicio de la temporada 2001/02 y con Carlo Ancelotti como nuevo director técnico, el Milan fichó a jugadores como Manuel Rui Costa, Filippo Inzaghi, Andrea Pirlo, Cristian Brocchi y Martin Laursen. Durante la campaña el equipo logró el cuarto puesto (que daba acceso a la fase previa de la Liga de Campeones) en la liga y posteriormente llegó hasta semifinales de la Copa de la UEFA, donde fue eliminado por el Borussia Dortmund, luego de caer por 0:4 en Alemania y de ganar por 3:1 en el San Siro.
En la temporada 2002/03 el Milan alcanzó la final de la Liga de Campeones, en una trayectoria que lo vio dejar en el camino a equipos como el Ajax (en un infartante partido de vuelta resuelto en el último minuto) en cuartos de final y al Inter de Milán en semifinal. El partido decisivo tuvo como marco al estadio Old Trafford y a la Juventus como rival, siendo la primera final disputada entre equipos italianos en esta competición. El cuadro rossonero se impuso por penales 3:2 luego de un empate sin goles. El ucraniano Andriy Shevchenko fue el encargado de ejecutar el penal decisivo que le otorgaba al Milan su sexta Liga de Campeones. Tres días después de la gloria europea, el Milan disputó (en el estadio San Siro) el partido de vuelta en la final de la Copa d Italia, ante la Roma (a la cual había vencido por 4:1 en la ida). A pesar de verse abajo por dos goles en el marcador, el descuento de Rivaldo otorgaba una mayor tranquilidad al cuadro milanés. El marcador no se movía y para el tercer minuto de descuento, cuando los dados ya estaban echados, Filippo Inzaghi igualó el encuentro para el 2:2 definitivo. De esta manera, el Milan se consagraba por quinta vez como campeón de la Copa de Italia.

Ya en el inicio de la temporada 2003/04 y tras el arrivo de la joven promesa brasileña Kaká, junto al también brasileño Cafú y el italiano Giuseppe Pancaro, el Milan disputó la Supercopa de Europa frente al Porto sobre el cual se impuso gracias a un solitario gol de Andriy Shevchenko, añadiendo así a sus vitrinas, su cuarta Supercopa Europea y el decimoquinto trofeo internacional. Para el epílogo del 2003, se disputó la Copa Intercontinental, ante Boca Juniors de Argentina, perdiendo la final en definición por penales. Luego de un repunte en la liga, logró establecerse en la punta con relativa comodidad la cual no soltó, conquistando su decimoséptima liga a dos jornadas del término.
En la temporada 2004/05 logró su quinta Supercopa de Italia al vencer a la Lazio por 3:0 (con una tripleta de Andriy Shevchenko). En el marco internacional, alcanzaba su décima final de la Liga de Campeones venciendo en el camino a escuadras como el Inter (en octavos de final y ganando ambos cotejos), el Manchester United (en cuartos) y el PSV (en semifinales y gracias a un gol clave en los últimos minutos de Massimo Ambrosini en el partido de ida). Disputando su segunda final en tres años, cayó en definición por penales ante el Liverpool luego de empatar 3:3.

En la temporada del 2005/06, sigue siendo protagonista del campeonato local y la Liga de Campeones, llegando en esta última a semifinales, tras vencer (en dramáticos partidos de vuelta en el San Siro) al Bayern Munich (en octavos de final y gracias a un categórico 4:1) y al Olympique de Lyon (en cuartos de final y resolviendo la eliminatoria en los últimos minutos). Cayó, en la que fue una disputada semifinal, ante el Barcelona por un marcador global de 0:1.

Tras el denominado Moggigate, donde recibió sanciones luego de haber pedido jueces de línea internacionales tras las polémicas sufridas en el partido ante el Siena (derrota de 1:2 con fallos arbitrales que le costaron al club rossonero el título). El Milan dio inicio a la liga 2006/07 con una penalización de 15 puntos (la cual se redujo a ocho) y de 44 en la temporada anterior (2005/06), lo que se tradujo en fichajes de bajo perfil. La situación se agravó aun más, tras la salida de Andriy Shevchenko del club. A pesar de los contratiempos, logró disputar la Liga de Campeones, donde se dio inicio a una campaña épica la cual emprendió desde cero, partiendo por eliminar (en la tercera fase previa) al Estrella Roja de Belgrado (luego de ganar 1:0 en el San Siro y 2:1 en la ida), con lo que accedió a la fase grupos. Durante el resto del torneo, logró dejar en el camino a equipos como el Celtic (en octavos de final), el Bayern Munich (en cuartos de final) y el Manchester United (en semifinales). Tras aquel largo tramo, el equipo accedió a su undécima final en esta competición. El duelo decisivo (jugado en Atenas) lo tuvo, una vez más, cara a cara frente al Liverpool, sobre el cual se impuso por 2:1 gracias a los goles de Filippo Inzaghi. De esta manera alcanzó su séptima corona europea y la decimosexta a nivel internacional.